La salud mental y los adolescentes
La salud mental de los adolescentes durante la transición a la edad adulta joven es una cuestión fundamental para la salud pública y se ha convertido en un reto clave para los sistemas de atención sanitaria y para los profesionales de la salud mental.(1)
Esto se debe a que el periodo de transición a la edad adulta joven es una etapa de una vulnerabilidad psicológica importante.(1) Además, la prevalencia de cualquier enfermedad mental es mayor entre los jóvenes durante la adolescencia tardía en comparación con la adolescencia temprana.(1) El diagnóstico de esquizofrenia es relativamente raro en los niños (tasa de diagnóstico de 1,6 a 1,9 por 100.000), pero es más frecuente en la adolescencia.(2)
En niños y adolescentes, los síntomas psicóticos pueden estar presentes junto con una variedad de enfermedades médicas, neurológicas y genéticas.(3mod)
Se sabe que la esquizofrenia tiene una importante incidencia en la población pediátrica, y representa una de las cargas de enfermedad más elevadas en los países ricos, con una pérdida estimada de 479.009 años de vida ajustados por discapacidad en las personas de 0 a 17 años.(4) La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la esquizofrenia como la octava causa de discapacidad entre todas las enfermedades del mundo en el grupo de edad de 15 a 44 años.(2)
La evolución de la esquizofrenia, desde la fase aguda hasta la estabilización y la fase de recuperación, varía mucho entre individuos, desde la incapacidad total hasta la remisión.(5) Cuando el primer episodio de esquizofrenia es tratado adecuadamente, el pronóstico mejora y el tratamiento requiere dosis más bajas de antipsicóticos en comparación con una psicosis no tratada de larga duración. Por todo ello, un diagnóstico oportuno y un tratamiento precoz es de suma importancia.(6mod)
En la Quinta Revisión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la esquizofrenia se identifica por los signos de trastorno del pensamiento que se manifiestan en un comportamiento y habla desorganizados, junto con importantes deficiencias en la expresión emocional y una disminución de las actividades productivas automotivadas, todo lo cual supone un deterioro funcional notable.(5) Los criterios del DSM-5 para la esquizofrenia requieren la presencia de 2 o más síntomas, lo que significa que para el diagnóstico basta con las alucinaciones y los delirios que provocan una alteración funcional. Cabe destacar que la esquizofrenia de inicio temprano, definida como aquella cuyo inicio tiene lugar antes de los 18 años, no es una afección independiente en el DSM-5.(5mod)
Los síntomas positivos tradicionales alteran el sentido de la realidad del individuo, mientras que los síntomas negativos conducen a una disminución de las actividades diarias, como el cuidado personal, la persistencia en la actividad estructurada y la socialización. Llegar a un diagnóstico definitivo de esquizofrenia puede ser un desafío, y los diagnósticos diferenciales incluyen trastorno esquizoafectivo, trauma infantil, trastornos por uso de sustancias, trastorno por déficit de atención/hiperactividad y trastorno del espectro autista.(5mod)
Si bien los criterios de diagnóstico para la esquizofrenia siguen siendo consistentes independientemente del ciclo de vida, la enfermedad puede presentarse de diferentes formas en jóvenes y adultos, y la evidencia disponible sugiere que la eficacia y seguridad de los antipsicóticos también difiere entre los diferentes grupos de edad.(4) Los perfiles de efectos secundarios también varían considerablemente entre los medicamentos y, a menudo, pueden ser más graves en los jóvenes que en los adultos.(4) Los antipsicóticos atípicos se recomiendan sobre los antipsicóticos típicos como tratamiento de primera línea para pacientes adolescentes con esquizofrenia debido a un riesgo reducido de síntomas extrapiramidales y acatisia.(7) Sin embargo, los antipsicóticos atípicos no son un grupo homogéneo de medicamentos y tienen distintos perfiles de tolerabilidad que pueden incluir aumento de peso, alteraciones de los lípidos, alteraciones de la glucosa, elevación de la prolactina o sedación.(7) Las guías recomiendan considerar cuidadosamente el perfil de tolerabilidad al seleccionar un antipsicótico para un paciente específico.(7)
Los pacientes adolescentes parecen particularmente susceptibles a problemas metabólicos, incluido el riesgo a largo plazo de diabetes e hiperlipidemia; por ello, las guías de tratamiento recomiendan un control continuo del peso y del metabolismo cuando se usan antipsicóticos en esta población.(7)
Aunque el conocimiento sobre el uso de medicamentos antipsicóticos en pacientes más jóvenes ha aumentado en los últimos años, está claro que aún se necesitan más estudios.(4mod)
Bibliografía:
1. Lepiece B, Patigny P, Dubois T, et al. Improving Transition from Child and Adolescent Mental Health Services to Adult Mental Health Services for Adolescents in Transition to Young Adulthood: A Literature Review. Psychiatr Danub. 2020;32(Suppl 1):153-157.
2. Krause M, Zhu Y, Huhn M, et al. Efficacy, acceptability, and tolerability of antipsychotics in children and adolescents with schizophrenia: A network meta-analysis. Eur Neuropsychopharmacol. 2018;28(6):659-674.
3. Giannitelli M, Consoli A, Raffin M, et al. An overview of medical risk factors for childhood psychosis: Implications for research and treatment. Schizophr Res. 2018;192:39-49.
4. Lee ES, Kronsberg H, Findling RL. Psychopharmacologic Treatment of Schizophrenia in Adolescents and Children. Child Adolesc Psychiatr Clin N Am. 2020;29(1):183-210.
5. Chan V. Schizophrenia and Psychosis: Diagnosis, Current Research Trends, and Model Treatment Approaches with Implications for Transitional Age Youth. Child Adolesc Psychiatr Clin N Am. 2017;26(2):341-366.
6. McEvoy JP. The importance of early treatment of schizophrenia. Behav Healthc. 2007;27(4):40-3.
7. Arango C, Ng-Mak D, Finn E, et al. Lurasidone compared to other atypical antipsychotic monotherapies for adolescent schizophrenia: a systematic literature review and network meta-analysis. Eur Child Adolesc Psychiatry. 2020;29(9): 1195-1205.
Fecha de preparación: octubre de 2020; Ficha Técnica aquí.